Su tarea: desinfectar el espacio donde las bacterias intrahospitalarias se llevan una buena cantidad de víctimas cuando los enfermos son entubados. Se acostumbraron a protocolos y cuidados extremos. Este es el relato de un trabajador de la limpieza que era panadero y de repente se encontró entreteniendo a pacientes y conviviendo con la muerte en uno de los lugares más dramáticos de la época.
BIFE entrevistó a un neurólogo y a tres personas recuperadas de covid. El crecimiento de las consultas por problemas cognitivos y la cotidianeidad de los ex pacientes: entre la lentitud, la pérdida de la memoria y los trastornos psicológicos.
Verónica Mediza se recibió de bioquímica en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Entre el 2005 y el 2008 trabajó como técnica y seguidamente como bioquímica, hoy en día se desempeña en el CEAR. Nos basamos en su testimonio para recorrer los blancos pasillos del instituto desde la cotidianeidad de una trabajadora de salud.
En comunicación con Revista BIFE, el funcionario se refirió a las particulares angustias de los profesionales según el área de salud. “En las localidades chicas, por ejemplo, médico y paciente se conocen previamente, eso es muy fuerte. Por eso, estamos reforzando esas líneas de trabajo”, contó.
El cansancio físico, el desgaste psicológico, las convivencias con la muerte de sus pacientes lúcidos hasta último momento, el insomnio, el estrés de tomar drásticas decisiones a cada minuto y la angustiante situación de comunicar tragedias a familiares. La realidad del Centro Emergente de Asistencia Respiratoria, que hace dos semanas está completamente lleno, contada por uno de sus terapistas.
Leo De Cristófaro es un santarroseño que no presentaba enfermedades previas. Su relato a 2 meses del aislamiento en la semana más trágica para la juventud, y en la que se especula que esté circulando una nueva cepa en la provincia. El fallecimiento del subsecretario de Seguridad Ciudadana y el dato: los actuales internados en el CEAR promedian los 55 años.
Este es el testimonio de uno de los trabajadores de la salud que BIFE entrevistó, quien prefirió mantenerse en el anonimato. Miedos, angustias y adrenalina se entremezclan con una vocación de servicio altruista.
El cronista, habitante del Atuel, vivió minuto a minuto el operativo, cuando se confirmó en agosto del año pasado que el barrio era el centro del primer brote de Covid en Santa Rosa. Acá narra los detalles de ese momento y el día después: ¿Cómo fue vivir en un sitio con la certeza de que el virus está cerca?
