Lo que no estalla se vuelve parte del paisaje
Se concluye que si antes el trabajo era un embudo por donde se iba la juventud, ahora es un lugar donde se deja también la adultez y la vejez. Avanzan las jornadas de 12 y 13 horas entre 2 o 3 trabajos en simultáneo para mantener una calidad de vida que se va evaporando a medida que se instala la segunda ola.