Camas
“Hace poco, y a raíz de un tratamiento por un problema de garganta, la médica me sugirió colocarle libros en las patas delanteras de mi cama -ahora grande-. La imagen risueña de “los libros que usarías para poner en las patas de la cama” se convirtió en algo real. Cada lector, imagino, debe tener ese placer del dios -o diablo- bibliófilo que sabe qué libros colocaría para equilibrar (o inclinar, como en mi caso) su cama”.