El arte es bueno o es de derecha
Algunos idólatras de la religión argentina pregonan que ‘al gobierno de Miley hay que darle
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Muchos medios asociaron la brutal y cobarde golpiza de los rugbiers con la ingesta de alcohol. En el marco de la recta final del juicio por el crimen de Báez Sosa, Mina Harker reflexiona sobre el componente espiritual de la bebida y dice: “Por más alcohol que un rugbier tome, va a seguir fantaseando con pelotas ovaladas, sangre y hombres sudados, con botines y complejos vitamínicos”.
Ser disidente no es nada, hacerse le disidente lo es todo. Mina Harker acuesta en la camilla de sus operaciones quirúrgicas a los “guardianes del orden institucionalizado”, aquellos que ven en la calidad, soberbia; y en el embrutecimiento, humildad. “Vivimos en la sociedad de los aplausos, donde todo es fantástico, especialmente si es sincero, humilde, salido del corazón y no producto de un meditado y soberbio ingenio”.
Mientras los profesores duermen el tranquilo sueño de la corrección política, anestesiados de aplaudir lo diferente, Mina Harker nos presta sus ojos para ver el mundo desde adentro, en esta realidad donde nada es lo que parece, especialmente lo consagrado por el tristemente célebre sentido común.
Mina Harker desenmascara a los falsos profetas y señala con violenta pluma a los verdaderos héroes del pensamiento, en particular ese Sócrates sarcástico que es Lionel Messi. Según Mina, nadie critica la cultura, la historia y la política como el astro del fútbol, que apelando a la ironía nos revela el fondo de lo humano: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? Y ¿a dónde vamos?
Al parecer, el capital, el colonialismo, el patriarcado y las políticas neoliberales se combaten con adjetivos oxidados y tramas de madera. ¿Quién lo hubiera sospechado?
Mina Harker ahora se mete con el acto de “dar a luz”, picanea el núcleo de la familia tipo, desnaturaliza la reproducción, y dice: “La herencia de costumbres, de “sangre” y de objetos alivia el compromiso de crearse una la personalidad, el facilismo es la característica intrínseca del ser humano y por eso no resulta extraño que lo único inheredable sea el conocimiento”.
Con la flexibilización de la cuarentena muchas personas se ilusionan y empiezan -nuevamente- a planear sus viajes para seguir “explorando el mundo”. Por eso, Mina Harker le pone un plaño frío a la idea de “salir afuera” y nos advierte sobre los peligros del viajero. “Lamentablemente, por más vueltas que le den a la Tierra, por más persianas de hoteles que abran, por más fotos que tomen, no van a dejar de ser quienes son”.
El coronavirus es lo peor que le pasó a la literatura (y a cualquier intento de transformar el mundo en un lugar mejor) desde el incendio de la biblioteca de Alejandría. Si la sociedad ya estaba sedada por el progresismo liberal, después de la cuarentena va a ser una bandada de zombis con la cara del Joker tatuada en alguna parte del cuerpo y algún libro irremediablemente convencional bajo el brazo.
Si te trata mal no es amor, si te trata bien, tampoco. Sorpresa: el amor, la soberbia y la ignorancia son sinónimos. Especial de Mina Harker para el día de los enamorados.