Día 6: de la algarabía al escrache del contagiado, la buena performance represiva y el aumento de la violencia de género tras el encierro

foto Belkis Martín

1.Después de un día de provincialismo exacerbado, lujuria por el caldén y éxtasis por la llanura, como era de esperar se descubrió el primer caso de coronavirus en La Pampa y quienes saltaban en círculos arriba de un médano de Toay y se golpeaban el pecho al grito de: “La Pampa es una isla”, ¿se quedaron en el molde? Para nada. Apuntaron al señor contagiado. Anoche aconteció un feroz escrache al hombre de 71 años que padece la enfermedad. Ocurre que después de mofarse de las provincias aledañas infectadas, una vez enterados del primer caso acá, arremetieron contra lo que ellos consideraron el “paciente 0”, como si existiera tal cosa, es decir, un primer paciente, como si no hubieran más independientemente de este hombre que, pobre, está en zona de riesgo, como si el bicho en este preciso momento no estaría viajando por el aire con intenciones de meterse en tu ojo, tu boca o tu nariz. ¿Qué pasará después? Habrá angustia y pena porque le tocará a uno, o a un ser querido. Esto lo anticipa nuestra colaboradora estrella desde Italia, Mercedes Viola (la pueden leer acá), quien contó que los tanos cruzaron con escraches al supuesto primer contagiado, que incluso resultó ser falso, y que luego hubo miedo, angustia, insomnio por la creencia de que al día siguiente las patrullas sanitarias lo podrían buscar a uno, y después, según nuestra cronista, esa angustia naturalmente va ir bajando. El virus avanza inexorablemente, más allá de las buenas y rápidas medidas que se están implementando. En Argentina, y en La Pampa, recién empieza.

2.Cada día, como viene anticipando BIFE, las medidas se van a ir endureciendo. Esto lo advirtieron fuentes del gobierno extraoficialmente desde el día 1 de la cuarentena, ya que están al tanto de la expansión del virus. En este primer diario(click) se dijo: “Estalla en el Conurbano, se escurre en Capital y viaja hacia todo el país”. Tres días después de esta publicación, el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, dijo exactamente lo mismo: “La Capital y el Conurbano van a reventar”(click con video). Aunque el mandatario norteño no quiso que esas declaraciones se repliquen en medios nacionales, lo dijo en su provincia luego de la teleconferencia que se llevó a cabo con todos los gobernadores y donde el gobierno nacional les advirtió sobre la magnitud del problema. En La Pampa se decidió no alertar a la gente de esa manera, pero sí endurecer el mensaje y sobre todo las medidas preventivas y punitivas: La Pampa es record de detenciones por violar la cuarentena, el gobierno amenazó con demandar penalmente a quienes informen mal, se echó a un funcionario que salió injustificadamente de su casa, detuvieron a individuos que tenían grupos de wasap para esquivar controles de tránsito, se publicó lista de personas con cuarentena obligatoria (por esto, se recibió presión de un organismo de Nación y la amenaza de una denuncia penal por revelar información privada, luego esa lista fue dada de baja), etcétera. Para tener una idea, Alberto Fernández ya dijo: “Si no entra con la razón, va a entrar con la fuerza”. En este sentido, el que quiera puede acerca su felicitación al gobierno provincial por su buena performance, ¿se imaginan a nuestro célebre Juan Carlos Tierno en este contexto, con el autoritarismo legitimado por la circunstancia del virus asesino? Estar en el lugar inoportuno en el momento menos justo, eso le sucedió al ex intendente y ministro de Seguridad, porque el único autoritario acá es el Universo, que hace lo que quiere con el tiempo y el espacio.  

3.Ya es un hecho que la cuarentena se va a extender por lo menos un mes. Cuando se dice “se está analizando tal medida”, es porque la medida ya es un hecho y se comunica de esa forma para que el impacto sea menor una vez que se concrete. Ziliotto ya dijo “como mínimo tiene que haber un mes de cuarentena”. Entonces es un hecho que habrá un mes o más de aislamiento. La noción de “libertad” se aleja, y se comienza a develar poco a poco lo que deja la cuarentena: mucha gente junta en el fondo no se aguantaba, los novios de luna de miel aceleraron su matrimonio, las denuncias de violencia de género aumentaron con el encierro (click) –aunque la directora de Género, Gabriela Bonavitta, adelantó a BIFE que en Santa Rosa no han tenido nuevos casos-, los romantizadores de la reclusión ven que sus proyectos al fin y al cabo no eran tan importantes, algunos aspirantes escritores que ansiaban la soledad se dan cuenta que no tienen nada que decir, pese a haber soñado insistentemente aquella cabaña alejada sobre la montaña dentro de la cual un escritorio los esperaba frente a una preciosa ventana, los obsesivos por salir miran a su alrededor y ven que su vida tanto no ha cambiado y, en definitiva, se impone el tiempo, que carajo hacer con el tiempo, ahora que uno definitivamente lo tiene en la jeta, el bien más preciado, en estos momentos de eternos domingos de confinamiento.