La Vela Puerca vuelve a Santa Rosa para celebrar sus 30 años: “Tener hits es lo que nos dio vigencia”

Imaginate empezar a tocar en una banda a los 16 años y que, 30 años después, sigas con ese mismo proyecto que te lo dio todo y al que vos también le diste todo. Dobló tu vida por dos. Pasaste más tiempo compartiendo con el grupo que el que habías vivido al momento de colgarte la viola. Un 24 de diciembre de 1995 diste tu bautismo de fuego en un barrio de Montevideo, y al poco tiempo te diste cuenta de que los planes que tenías a los 16 iban a tener que esperar, porque la cosa venía en serio. Ibas a convertirte en veterinario, lo que anhelabas de chico, pero mucho tiempo después.

Comenzás a tocar en lugares cada vez más grandes y, de un momento a otro, tu banda cruza el río y empieza a foguearse en el under porteño. Después viene Cemento, Obras, el Luna Park. Esto no es joda, te van avisando.

Esta es la historia de Rafa Di Bello, guitarrista de La Vela Puerca —línea fundadora—, que este jueves pisa nuevamente suelo santarroseño para agitar cuerpo y alma de quienes estén presentes en el club San Martín.

Rafa di Bello

“Al poco tiempo de comenzar, todos sabíamos que íbamos a tener que entregarnos a esto”, dice Rafa en diálogo con BIFE sobre los inicios de La Vela, y cómo el Enano Teysera, vocalista del grupo, tenía en claro lo que quería. “Nunca tuvo dudas él. Sólo le pedí que me dejara terminar el secundario”, dice entre risas el miembro fundador más joven de la mítica banda uruguaya.

La Vela Puerca llegó al mainstream paso a paso, pero cada paso fue agigantado. Ya con su primer disco, Deskarado (1998), despertaron el interés de la escena uruguaya, y poco tiempo después ya contaban con el apadrinamiento de Gustavo Santaolalla y Bersuit Vergarabat para asomar en los reductos de nuestro rock nacional y lanzar su segundo disco, De bichos y flores (2001), que llevó a la banda a girar por Europa. Pero el quiebre vino con su tercer álbum de estudio: A Contraluz (2004) ese, el de los himnos generacionales.

Ya el juego era otro. Ahora la música de los uruguayos sonaba en Rock & Pop, La Mega, MuchMusic, MTV, y hasta en cortinas de televisión abierta. “Fue un cambio fuerte para nosotros. Ese mismo año reventamos Ferro y teníamos fechas por todos lados”, cuenta Di Bello, y asegura que la decisión de continuar viviendo en Uruguay fue un acierto. “Montevideo tiene eso: la tranquilidad y la timidez de la gente. Acá hacés 20 kilómetros y estás en el medio de la nada. Eso me ayudó”.

En lo personal, asegura que la exposición la llevó mejor que otros. “Cada uno lo manejó como pudo. Al Enano, por ejemplo, le pegó fuerte. Después de A Contraluz vino un bajón grande. Ahí salieron las letras de El Impulso (2007), con líricas bastante oscuras. Fue un momento de mucha presión”, sostiene Rafa.

Lo cierto es que A Contraluz le dio a La Vela Puerca la consagración definitiva en términos de masividad, con hits inclaudicables que hicieron que el grupo llegara a los 30 años de carrera y lo celebrara con una gira a la altura de su trayectoria.

“No renegamos de los ‘grandes éxitos’; al contrario, es lo que nos dio vigencia”, confiesa el violero. Pero lejos de quedarse en esa zona de confort a la que te arroja el “una que sepamos todos”, La Vela nunca abandonó el estudio de grabación. “Esa es nuestra zanahoria: componer, grabar, dar siempre un paso más”.

Este jueves, una vez más, la banda que encabezó la avanzada uruguaya a principios de los 2000 va a desplegar todo su arsenal de canciones que, a lo largo de tres décadas, sacudieron estos suelos.

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