Recientemente desempleado, estacionado a un costado de la calle cascoteada, después de haber repartido costosas fotocopias de CV, esperando un golpe de suerte, un trabajo que le permita estudiar, al menos llegar a fin de mes, todavía entero el hombre y con dos papas negras en su poder, próximas a ser puré para recibir a su mujer cuando salga de laburar, Gustavo habla con Revista Bife en una mañana gris de Santa Rosa.
Fue víctima de la “reducción de personal” de una panadería del centro, decisión que tomaron sus patrones por la fuerte caída del consumo (30%), el incremento de las materias primas y de los servicios. Es la realidad de muchas panaderías de Santa Rosa, que maniobran en medio de la fuerte crisis, venden facturas del día anterior y otros manotazos desesperados para no cerrar.
“Los panaderos aguantan, pero llega un momento que no se puede seguir más”, alerta Raúl Santoandré, presidente de la Federación Industrial Panaderil. “El trabajo era todo, terminaba siendo más importante que mi mujer”, dice Gustavo.
De lunes a sábado se acostaba a las 9.45pm y despertaba a las 3am. En las noches tocaba las ruedas de su moto para llegar siempre a tiempo (“El empleado tiene que estar antes que el patrón”). Ha trabajado hasta con 38 de fiebre. Cómo cada trabajador en este oficio, dejó de lado compromisos familiares y otros asuntos que complejizaron la vida familiar. Ingresaba a las 3.45 y salía a las 13. En esas 8 horas de laburo intenso, elaboraba medialunas, preparaba cremas, facturas diversas, cocinaba, lavaba, ayudaba a proveedores, entre otras tareas.
“Me citaron y me dijeron ‘las ventas están flojas, tenemos que hacer reducción de personal’. Yo lo tomé de manera normal: lo veía venir.. No se vende nada”, cuenta Gustavo. “Es lo que está pasando en todas las panaderías”.
El hombre de 44 años pasó toda la mañana repartiendo CV en el Parque Industrial y en otros comercios. “Si tengo que volver a ser panadero, lo haré, pero es un laburo muy duro”, dice Gustavo que hasta la llegada de Milei, momento en que fue despedido, trabajaba en el Procrear. “Quiero algo que me permita estudiar, porque estoy terminando el colegio”.