Todos los silencios, todas las ausencias
El cronista recorre la vida del astro y explica cómo a través del tiempo Diego ingresa a un silencioso laberinto de ausencias. “Hay silencios muy profundos que sólo se cortan con gritos, con pedidos de alcohol y llantos para adentro”. Sin Claudia, sin sus hijas, sin sus padres y sus primeros amigos, la vida de Maradona es terreno fértil para que los “roedores inescrupulosos” se empachen de negocios. Así, a 20 kilómetros de su Villa Fiorito natal, termina el viaje físico de “el más humanos de los Dioses”.