Lo que parecía una sesión clave para mejorar la situación de millones de jubilados, personas con discapacidad y beneficiarios de la moratoria previsional quedó en pausa. Diez gobernadores de Juntos por el Cambio (sí, los mismos que antes habían dado su visto bueno en Diputados) decidieron bajarle el pulgar a los proyectos en el Senado. ¿El motivo? Una mezcla de obediencia, cálculo político y miedo escénico frente a los rugidos de Javier Milei y Luis “Toto” Caputo.
La presión surtió efecto. Luego de ser acusados por el Presidente de querer “destruir” su gobierno y por Caputo de “seguir robando”, los gobernadores radicales y del PRO se reunieron por Zoom —la cobardía moderna— y resolvieron frenar su apoyo. Participaron Jorge Macri, Ignacio Torres, Rogelio Frigerio, Gustavo Valdés, Alfredo Cornejo, Maximiliano Pullaro, Marcelo Orrego, Claudio Poggi, Carlos Sadir y Leandro Zdero.
El nuevo mandato a sus senadores es claro: solo acompañarán proyectos que beneficien sus cajas provinciales —como el reparto de ATN o lo recaudado por el impuesto a los combustibles—, siempre que, claro, “no tengan costo fiscal”. Lo otro, lo que mejora la vida de los jubilados y personas con discapacidad, quedó para otro momento. O para nunca.
El argumento técnico es que esas iniciativas cuestan entre 2 y 2,5 puntos del PBI. El argumento real: que Milei no los tilde de “degenerados fiscales” en su próximo tuit.
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