El Megaestadio, una de las obras más polémicas y postergadas de Santa Rosa, volvió a ser noticia este miércoles cuando vecinos interpretaron como un derrumbe lo que en realidad es el espacio destinado para el ingreso al polideportivo.
El acceso, visible desde las calles Duval y Stieben, fue señalado como una pared caída. Sin embargo, en el lugar no hay escombros ni señales de destrucción: el hueco entre dos muros forma parte del diseño original para permitir la entrada al interior del edificio.
El proyecto del Megaestadio fue impulsado durante el primer mandato del exgobernador Carlos Verna, entre 2003 y 2007. El objetivo era que estuviera listo para albergar los Juegos de la Araucanía, que se iban a disputar en La Pampa en la segunda mitad de 2007.
La obra, ubicada a pocos metros de la Laguna Don Tomás, fue adjudicada a la empresa Inarco. Sin embargo, un error de cálculo en la estructura del techo retrasó el avance. La firma se hizo cargo del problema, pero los plazos comenzaron a dilatarse.
Durante los dos mandatos siguientes, con Oscar Mario Jorge como gobernador, la empresa recibió prórrogas, pero no logró completar los trabajos. Finalmente, en 2015, el gobierno provincial decidió ponerle punto final al contrato: la constructora ya no tendría más tiempo para seguir con la obra.
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