“No quiero vivir con la conciencia intranquila”, dijo Zaira a Revista Bife. “Este puede ser un nuevo caso Lucio y si puedo evitar que las criaturas sufran, no me voy a quedar de brazos cruzados”.
Zaira, una vecina del Barrio Sagrado Corazón de Jesús denunció en dos oportunidades –primero en mayo en forma anónima y después a fines de noviembre con su identidad- en la Unidad Funcional de Género por el maltrato y la violencia que estarían sufriendo los hijos de su vecina, dos niños de 9 y 5 años.
“Tiene cuatro denuncias realizadas por distintas integrantes de la familia. La policía se acerca al lugar y se vuelve a ir, no hace nada. Hace más de un año que la violencia se repite y puede pasar cualquier cosa”, dijo preocupada Zaira, en comunicación con este medio.
Según consta en la denuncia a la que tuvo acceso Bife, la vecina ha visto cachetadas, piñas en la cabeza, golpes y gritos. En una oportunidad dice haber escuchado que, en un ataque de ira, la mujer habría dicho “soy capaz de matarlos”.
“Un día se cruza ella con mi suegra, que estaban buscando una llave y decía ‘le pegue, lo hice defecar encima y no me quiso decir dónde está la llave’”, desarrolló Zaira.
Zaira también recibió una denuncia por parte de la vecina apuntada. Ocurre que un día, mientras volvía de comprar una gaseosa en el almacén del barrio, vio cómo le estaba pegando al niño de 5 años con un palo de escoba. Zaira se acercó y la golpeó con el mismo objeto.
“La muy descara me denunció. Yo no tendría que haber reaccionado con más violencia, pero vi cómo le estaba pegando a la criatura con un palo, y el nene le decía ‘mamá no me pegues’. Yo no tenía el celular para llamar a la policía, y si llamaba no iban a hacer nada. Entonces tomé la decisión de ir y sacudirle con el palo”, aclara Zaira.
“Tenía miedo pero ya no tengo más miedo, ella está con seguimiento por los maltratos, pero lo que no saben es que ella sigue maltratando a los chicos, los sigue golpeando. Ahora se mudaron, entonces tengo miedo porque ya no puedo ver qué hace con los chicos”.