La Secretaría de la Mujer pide la máxima pena para el agresor de Nadia: 24 años

El Código Penal establece distintas penas por intentos de femicidios en los casos que están agravados por contexto de violencia de género, por ser pareja preexistente y por ensañamiento. Hay condenas que van desde los 10, 13 y 15 años. Sin embargo, el año pasado se fijó un precedente cuando se condenó a 24 años de prisión a un policía por haber baleado a su ex pareja en Necochea.

Este es monto de años que pide la Secretaría de la Mujer por las graves heridas que le provocó Laureano González a Nadia Lucero, a un mes de aquella tortura. “Le ofrecimos a la familia que nosotras seamos las querellantes de la causa. Ellos todavía no lo han decidido. En el caso que así sea, pedimos la máxima de prisión, que es de 24 años“, señaló Liliana Robledo, titular del área anteriormente nombrada, en comunicación con Revista BIFE.

Con respecto a la polémica que se generó a partir de la derivación del agresor de Nadia al área de Salud Mental, Robledo dijo que le pareció un “despropósito” pero aclaró que en general sucede que se acciona en “automático”, por eso es “importante que se ponga en práctica la “Ley Micaela”(capacitación en género).

Asimismo, aseguró que el caso generó conmoción en toda comunidad, inclusive la situación dejó muy sorprendido a los profesionales de la Salud, “por la saña con la que actuó Laureano González sobre el cuerpo de Nadia”.

¿Qué rol tienen desde la Secretaría de la Mujer en el caso Lucero?

Nosotras nos pudimos en comunicación con la familia automáticamente nos enteramos del caso. Articulamos con Salud y Seguridad, y le propusimos a la familia de Nadia ser las querellantes del caso, que lo tienen que decidir. Estuvieron en la Secretaria pero por ahora no lo habían decidido.

-¿Qué diferencias hay entre un abogado puesto por el Ministerio Público Fiscal y uno puesto por ustedes?

Ya hemos actuado como querellantes en otros casos. Yo creo que la diferencia es la mirada que se le pone a cada uno de los casos, la impronta. Nuestras abogadas van a fondo. No quiero desmerecer el trabajo de ninguno, Pero la perspectiva que tenemos nosotras frente a estos casos puede ser diferente a la de otros.

-¿Cómo repercutió en la sociedad este caso, les llegaron más situaciones de violencia?

A nosotros no. A Bonavitta (directora de políticas de Género y Diversidad de la Municipalidad), según leí, sí. A nosotros nos sucedió eso con el caso de Thelma Fardín, tuvimos como una explosión de llamadas sobre todo de gente mayor, que necesitaban contarle a alguien. En la mayoría de los casos necesitaban descargarse esa mochila. Tuvieron más de 60 años en silencio, las violaciones y los abusos que habían sufrido. La situación de esas abuelas fue verdaderamente fuerte.

Este caso en particular generó mucha conmoción en la comunidad por la saña que tuvo el agresor con Nadia. Todo el mundo está muy sorprendió inclusive los profesionales de la Salud. Eso generó conmoción.

-¿Qué opinión tiene acerca de que el agresor haya estado en el Hospital Lucio Molas, bajo el mismo techo que Nadia?

La verdad que me parece un despropósito que haya tenido que ir ahí. No sé cómo se manejan los protocolos de seguridad cuando requieren una revisión médica. Supongo que habrán actuado con las medidas de seguridad que así lo requieren. Conozco sólo la versión de la familia, y he estado en otros temas. No sé si estuvo paseando por los pasillos.

Nosotros recomendamos que se tenga la empatía. Muchas veces no se evalúan distintas situaciones, hay cosas que se hacen en automático y no se piensan en lo que puede generar en la víctima.

-¿Por eso es importante la Ley Micaela?

Va a ayudar a que pensemos todas las políticas desde otras perspectivas. Porque sin esto una violencia puede ser más grande todavía. Buscamos que al menos se tenga un mínimo de empatía para escuchar, o que se sepa a dónde derivar para que esto se erradique de a poco. Es un proceso que va a llevar mucho tiempo igualmente.