Tras la viralización de un posteo en redes sociales, en el que ex empleadas del hogar de adultos mayores “Eluney” en Toay denunciaron las condiciones en las que vivían los residentes, señalando a las hermanas Claudia y Natalia Carlomagno, administradoras del lugar, como las responsables de un trato “inhumano”, se procedió a la clausura de la residencia durante la tarde del martes.
BIFE consiguió el testimonio de una de las denunciantes, quien relata que los ancianos recibían insuficiente alimentación y atención. “Teníamos que cocinar con dos paquetes de fideos para 25 abuelos y hacer un tuco con una cebolla, una zanahoria y dos patas muslos, ¿entendés?”, cuenta una de las exempleadas. Y agrega: “La carne, cuando había, era carne de potro”.
Las condiciones de higiene, según el testimonio al que accedió este medio, eran mínimas, “Nos hacían bañarlos con agua fría, no nos dejaban usar agua caliente. Teníamos que bañar a los abuelos con agua helada en invierno”.
La ex empleada también relató que las hermanas Carlomagno, además de no cumplir con las necesidades básicas de los residentes, se llevaban a sus hogares parte de la mercadería destinada al hogar: “Traían mercadería y decían, ah, nos tenemos que llevar esto, aquello… se llevaban la mitad de lo que comprabanpara sus casas”.
La residencia “Eluney”, la única en Toay para adultos mayores, que tenía una tarifa de entre 400 y 700 mil pesos mensuales, no solo ofrecía servicios deficientes sino que también contaba con instalaciones en mal estado. “El lugar tiene baños clausurados y en invierno era como una heladera. Los abuelos pasan mucho frío porque no prenden todos los calefactores”, continuó la exempleada.
Y denuncia que las prácticas de las hermanas Carlomagno han sido ampliamente conocidas en Toay, aunque el temor a represalias ha mantenido a los empleados en silencio. Las denunciantes aseguran que han sido amenazadas para evitar que divulguen las condiciones del hogar, y a una de ellas se le exigió una indemnización tras denunciar prácticas laborales ilegales. “Muchos callan porque tienen temor. “Tati” Carlomagno, hermano de las dueña y la encargada, trabaja en la municipalidad y todos sabemos de la manera en la que se maneja”, dice la denunciante.
Por otro lado, se han conocido imágenes en las últimas horas sobre el presunto maltrato físcio a los ancianos. “Había un empleado, que estaba de de noche, que golpeaba a los abuelos. Aparecían con moretones por la mañana”, cuenta a BIFE la denuciante, que sólo trabajó 25 días en el lugar. “La situación me sobrepasó, en serio, fue demasiado. A veces llamaba a mi pareja para que me traiga comida para los abuelos. Los dejaban cagarse de hambre”.
Desde Adultos Mayores tomaron conocimiento sobre los hechos denunciados en redes sociales y procedieron a la clausura del lugar.