En conferencia de prensa, las autoridades judiciales y del gobierno confirmaron formalmente que están buscando el cuerpo de Andrea López en el campo “Monte Chué”, ubicado en las inmediaciones de la ruta nacional 35, entre Santa Rosa y Winifreda. Víctor Purreta, su femicida, confesó que en febrero del 2004 asesinó y enterró a la joven desnuda y envuelta en una sábana blanca en ese sitio.
Además, el ex boxeador contó que Andrea tenía una prótesis en el tobillo porque había sido operada, lo que puede facilitar la identificación del cuerpo. En las próximas horas comenzarán a excavar en la zona.
“El jueves tuve una entrevista con el condenado y confirmó que quería dar datos sobre el sitio específico de dónde había enterrado a Andrea López”, dijo en conferencia la fiscal Cecilia Martiní.
Pasaron casi 20 años del femicidio y desaparición de López, ¿por qué Purreta –tras negar sistemáticamente el hecho- decidió confesar ahora? “Porque estaba agobiado y, al empezar a hablar con psicólogos y especialistas, consideró que era el momento adecuado”, respondió Martiní.
¿Acaso la actitud de Purreta es una estrategia para que le reduzcan la condena o para obtener las salidas transitorias que recientemente le fueron negadas?
“Lo que puedo aportar es que, en la entrevista mantenida con el personal de la Subsecretaría de Derechos Humanos, en ningún momento dejó trascender un propósito que no sea el de mitigar el agobio que manifestaba tener por mantener durante tanto tiempo este secreto”, respondió burocráticamente el subsecretario de DDHH, Juan Pablo Fasce.
Luego agregó: “A nosotros nos manifestó que las conversaciones con su familia, con su abogado defensor y con su psicoanalista, lo habían modificado para tomar esta acción”.
Andrea López fue asesinado la madrugada del 10 de febrero de 2004. Su marido, Víctor Purreta, la había golpeado, entre piñas y rebencazos, hasta matarla. Luego la arrastró hasta el baño para intentar reanimarla y se fue de la casa.
Esto declaró el hijo de ambos, que en ese momento tenía 5 años y presenció toda la escena. Gracias a ese testimonio, Purreta está condenado a 25 años de prisión desde el 2014.