“Mi ajuste fue en marzo y me pidieron más de lo que correspondía según el Índice. Me dijeron que quedaba muy barato, que para ellos no era rentable y deberíamos revisar el monto en 6 meses”, dice Julieta (28) en diálogo con BIFE, sobre el accionar de los dueños del monoambiente que alquila desde 2021.
Julieta trabaja de moza en un local gastronómico de Santa Rosa y, como tantas otras personas, la situación habitacional se convirtió en una de sus mayores preocupaciones.
La Ley 27.551, conocida como Ley de Alquileres, está vigente desde el 30 de junio de 2020, cuando el Índice de Precios al Consumo que arroja mensualmente el Indec, era de 2,2%. Tres años después, la iniciativa parece haber traído más problemas que resultados positivos, tanto para propietarios como para inquilinos, aunque estos últimos son los que más padecen la aplicación en un contexto inflacionario desatado.
Si bien la extensión del contrato benefició en principio a los ocupantes, porque lograron una mayor previsibilidad en cuanto a su permanencia en los inmuebles, los ajustes anuales se volvieron dramáticos. Quien haya firmado el 1 de julio de 2022 un alquiler por $60.000, ahora abonará $123.000 ya que el porcentaje de ajuste por el Índice de Contrato de Locación (ICL) es del 103%.
Por otro lado, hay propietarios que argumentan que el ajuste por el ILC es “injusto” por la escalada inflacionaria y proponen a sus inquilinos que paguen voluntariamente un monto mayor a lo establecido.
Sobre la propuesta para que de manera “voluntaria” pague más de lo dispuesto y se actualice el incremento al margen de la Ley, Julieta señaló: “creo que pensaron que yo iba a aceptar mansamente, pero bueno, no, no puedo. Sólo llegué a un acuerdo de un incremento muy, muy menor, pero no acepté de ninguna manera un ajuste cada 6 meses”.
“No volvieron a insistir –dice Julieta-, les dije que lean con su abogada lo que firmaron. Además, para algo están los contratos, ¿no?”.
Lo cierto es que la nueva reglamentación de Alquileres no trajo soluciones, aunque todo indica que el problema no es la Ley, sino la inflación.
