El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Juan Cabandié, no recibió el beneplácito que los diputados provinciales le tenían preparado por su visita el pasado 13 de marzo. En aquel momento el ministro se había tomado el atrevimiento de volar hasta La Pampa y caminar junto al gobernador Ziliotto por el seco cauce del río Atuel, en el puente Los Vinchuqueros: emblema de la cruzada por la recuperación de los ríos.
En ese encuentro un periodista había indagado: “¿Qué sintió al caminar por un río sin agua?”, y un Cabandié angustiado respondió que “mucha tristeza” y catedráticamente dijo que “esto tiene un origen antropogénico”, que “todos como sociedad tenemos que hacernos cargo de cómo fuimos deteriorando el planeta” y que se comprometía a “visibilizar la problemática”.
Con estas palabras Cabandie había llenado de júbilo a todos los pampeanos hasta el momento que el pasado 15 del corriente dijo que la sequedad del Atuel se debe al “cambio climático”, provocándonos una intensa desilusión que en realidad fue erigida por una ficción, porque a decir verdad el ministro nunca mintió: efectivamente visibilizó la problemática, aunque no haya aclarado que lo iba a ser en forma calumniosa.
Por este motivo los diputados de la comisión de Legislación General, cuando les tocó tratar el proyecto que manifestaba “beneplácito por la visita del “Sr Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Dn Juan Cabandié”, se miraron a las caras y uno arriesgó a decir que “bueno, tenemos un proyecto aprobándolo, y podrías hacer otro repudiándolo”. Finalmente, se decidió dejar en el cajón olvidado del archivo el reconocimiento de aquella ineficaz visita, que ya se venía anticipando con la noticia el 7 de abril de que el presidente Fernández exceptuó de la deuda al financiamiento por a construcción de Portezuelo del Viento, y por lo que le valió el Tweet de Verna: “Nos cagó un compañero”.
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