
La cumbre del aburrimiento
¿Qué hacer con el aburrimiento, ese monstruo sin figura definida?, se pregunta el cronista y narra una experiencia metafísica de su niñez. Se debe llegar a la cumbre del aburrimiento y lanzarse y con el envión pasar a otra cosa, o hacer como Cioran, que tenía su propia fórmula: “mi misión es matar el tiempo, la del tiempo es matarme a mí. Qué cómodo se vive entre asesinos”.