El anhelo de Luciano di Nápoli quedó trunco: no podrá competir por la conducción del PJ pampeano. Luciano, de origen radical, quedó fuera de carrera tras la decisión de la Junta Electoral, órgano que determinó que la lista del intendente santarroseño quedara excluida por no cumplir con los requisitos exigidos por la Carta Orgánica y el Reglamento.
Envalentonado, el exradical y excamporista quiso disputar la conducción del peronismo, desafiando la unidad. Esta aventura, a la que se lanzó -como él mismo admitió en declaraciones periodísticas- por “cuestiones de crecimiento personal”, no podrá ser.
Luciano quedó huérfano políticamente cuando se desprendió de La Cámpora, una organización que supo aglutinar a exafines a la UCR. Ya destetado del kirchnerismo, di Nápoli buscó el padrinazgo de ese peronismo al que él y su entorno consideran vetusto. Pero fue rechazado. Lo viejo funciona, Luciano.
Huérfano, di Nápoli comenzó a implementar políticas filo-libertarias: despidió trabajadores, entró en conflicto con sindicatos, emprendió la remodelación del llamado microcentro sin consultar a los comerciantes -en plena crisis-, los ómnibus de línea comenzaron a pasar cada cuarenta minutos o una hora en días laborables y postergó obras públicas bajo su competencia, como el arreglo de calles y avenidas.
Pero, a pesar de todo esto, si hay algo que el intendente aún conserva con firmeza es el apoyo incondicional de algunos medios de comunicación, que se encargan de morigerar el atropello del jefe comunal contra los trabajadores.
Una postura incómoda para algunos medios, sobre todo aquellos “comunitarios” que dicen estar a favor de todo lo bueno, en contra de todo lo malo, y siempre del lado de las “barriadas”, “los laburantes” y “el piberío”. Medios que, paradójicamente, tienen casi nula llegada a los sectores populares. Bueno, ahí tienen un punto en común con el intendente.
Queda por ver si di Nápoli tiene resto y muñeca política de cara a 2027 después de la tropelías realizadas en contra del Movimiento, o si, a esta altura, ya tiene el boleto picado.