Un reciente informe de la Facultad de Psicología de la UBA revela un dato alarmante: en Argentina, una persona en situación de calle muere cada dos días y medio. Según el Registro Unificado de Violencias (RUV), entre agosto de 2023 y 2024, fallecieron 135 personas sin techo, principalmente en grandes centros urbanos como Buenos Aires, Salta y Santa Fe. Las muertes se deben a condiciones extremas como el frío o calor, así como la falta de atención médica, la violencia social e institucional, la cual ha aumentado un 500% en el último año.
El informe destaca que, de las 135 muertes, solo 82 personas pudieron ser identificadas. Las causas van desde la falta de acceso a salud y alimentación, hasta asesinatos por disparos o incendios intencionales de sus pertenencias. Paola Vázquez, de la Asamblea Popular por los Derechos de las PSC, subraya la falta de plazas en los alojamientos para personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires, lo que agrava la crisis.
Milena Sapey, investigadora de la UBA, denuncia un aumento de la violencia institucional, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde una unidad del Ministerio de Espacio Público se dedica a “limpiar” las calles. Este enfoque, acompañado de un discurso que estigmatiza a las personas sin techo, ha legitimado la violencia y contribuido a la pérdida de empatía hacia este grupo vulnerable.
Las cifras reflejan una realidad cruda: cada 27 horas, una persona en situación de calle sufre algún tipo de agresión, con un 37% más de casos reportados que el año pasado. Además, el aumento de la crisis económica ha desmantelado las políticas públicas, dejando a muchas organizaciones sociales sin recursos para ayudar a quienes más lo necesitan. Según Vázquez, “lo que vemos es un giro hacia un pensamiento más de derecha, que legitima acciones crueles contra los más vulnerables”.