Con enero ya casi tachado en el almanaque, las estimaciones de inflación se vuelven cada vez más preocupantes. Si bien los privados prevén que los precios subieron cerca del 4%, por encima del promedio se ubican los alimentos, lo que implicará un encarecimiento de las canastas de pobreza e indigencia.
El año recién comienza, pero 2021 va a estar signado por la puja distributiva y la pelea contra los aumentos. Los trabajadores acumularon cuatro años consecutivos de pérdida de capacidad adquisitivo y uno de pandemia donde como mucho aspiraron a mantenerlo.
La crisis sanitaria del COVID-19 derrumbó la demanda en un comienzo, pero a medida que volvieron a recuperarse las actividades ésta se recompuso. Los precios se movieron a ese ritmo: con un incremento menos en el inicio y un ascenso más elevado sobre el cierre. El pico del año lo marcó el 4% de diciembre.