La última vez que Las Pelotas había tocado en suelo santarroseño, el Jockey era Jockey Rock, no estábamos horas frente a un celular, bajábamos música por Megaupload, la inflación no llegaba a los dos dígitos, la Quilmes costaba 7 pesos y River se iba a la B. Pasó más de una década. Catorce años. Muchas cosas cambiaron, pero la solidez de la banda de Hurlingham continúa intacta, y este sábado dio muestra de ello en el ansiado retorno a La Pampa a través de la productora Rancho Aparte.
En un club San Martín prácticamente repleto, el grupo liderado por Germán Daffunchio estuvo lejos de sacarse el show de encima en esta gira que encarna los 36 años de su fundación. Enérgicos, descontracturados y desafiantes se mostraron para estar a la altura de lo que demandaba no verles las caras al público pampeano durante tanto tiempo.

La banda fue condescendiente y tocó todos los clásicos que el grueso de los presentes esperaba. Con más de 11 discos de estudio grabados y al menos dos temas en cada uno de ellos que ya forman parte del cancionero radial del rock nacional, no hubo lugar para que nadie saliese disconforme por las puertas que dan a la calle Dante Alighieri.
En un clímax sin intermitencias, con “Personalmente”, Daffunchio abrazó literalmente a los más próximos al escenario. Luego, el ambiente se agitó con el pulso post punk de “Día Feliz” y se volvió a equilibrar con ese hit azaroso que es “Cuando podrás amar”. Posteriormente, permitieron que las parejas sub 50 se abracen en miradas con la canción que marcó el quiebre de masividad de la banda: “Será”.
Por supuesto que hubo tiempo para “Bombachitas Rosas”, ese tema que se encuentra en uno de los mejores discos debut del rock nacional y que cualquier banda de indie rock hubiese querido componer: “Muchos días quise hablar / Muchas sombras hay acá / Cuando te busco, no estás / Cuando te encuentro, te vas”.

Los pies por encima del piso se vieron con “Shine”; el final se acercó con esa piña en medio de la jeta a la conquista globalizadora que es “Capitán América”. Y la ocasión ameritó que se despidieran, vaya a saber uno hasta cuándo, con “El ojo blindado”. Si algo quedó a la vista y oídos de todos, es que Las Pelotas no negocia su vitalidad.


