Quienes están al frente de la investigación confirmaron que se encontraron rastros de ADN obtenidos de cuerpo de la joven estudiante pampeana asesinada en Cipolletti.
Indicaron que hay huellas genéticos de un hombre y que fueron cotejados con muestras de Pablo Parra, el vecino y último que vio con vida a Agustina Fernández antes del brutal ataque. La fiscalía informó que no hay coincidencia, lo cual afianza la teoría de los investigadores que el principal sospechoso es el sujeto del identikit.
Los rastros fueron extraídos del cuerpo de la joven ya que no se encontraron otros indicios en la vivienda.
Según la información oficial el cotejo y análisis de las medidas se desarrolló en el Laboratorio Regional de Genética Forense de Bariloche. Culminó en la jornada de ayer el informe de los rastros de ADN enviados. El material genético fue hallado en las uñas del dedo índice de la mano derecha de la víctima y en el dedo pulgar de la mano izquierda.
En ambos «se obtuvo un perfil genético mezclado, perteneciente a la mezcla de material genético de por lo menos dos individuos. En el mismo se puede observar en forma mayoritaria y completa el perfil genético obtenido de la muestra de la víctima y en forma parcial y con baja amplificación el perfil genético de otro individuo», indicaron.
El informe destaca que en el pulgar puede corroborarse que el perfil genético que no es el de Agustina, pertenece a un hombre. No obstante las muestras fueron utilizadas para realizar la pericia comparativa con el perfil genético del Parra: “excluyéndolo como aportante”.
«Este resultado, que se sustenta con diversos indicios que ya se cuentan en la causa, han permitido avanzar y consolidar la hipótesis de trabajo de que se trató de un homicidio criminis causae. Por este motivo, la misma sigue siendo la principal línea de investigación del Ministerio Público Fiscal, sin perjuicio que en paralelo se siguen produciendo medidas de prueba en el marco de otras hipótesis», sostiene el informe.