El diario Río Negro tuvo acceso a ciertos elementos de la investigación que constatan por ejemplo que Parra fue a una heladería entre las 19 y 20.15, algo más de una hora clave para esclarecer el crimen de la estudiante de Medicina que fue brutalmente atacada el sábado 2 de julio y murió dos días después en el hospital local.
Ese fue el tiempo aproximado que el joven estuvo fuera del complejo de viviendas ubicado en calle Confluencia al 1.301. El propio Parra, en distintas notas periodísticas, contó que salió de su casa cerca de las 19. Minutos después una cámara de seguridad lo captó ingresando a una heladería. Lo mismo le dijo al fiscal del caso Martín Pezzetta en sus declaraciones. Un vecino vio cuando salía del edificio.
Si bien es cierto que no está descartado de las pesquisas, se debilitó la hipótesis que lo ubicada como un sospechoso. Otro dato importante es que el celular de la víctima tuvo actividad en ese periodo de tiempo. No es concluyente, pero es un indicio que estima que cuando Parra salió Agustina estaba con vida. Todos estos elementos son estudiados por el equipo que trabaja en el caso.
También hay una cámara de seguridad que perimetralmente visualiza parte del ingreso al complejo de viviendas y se observa a Parra regresar después. Tampoco se observa al supuesto agresor y también tiene lógica porque los investigadores consideran que ingresó por un perimetral. Parra dijo que había una escalera en el costado de una de las medianeras.
Alrededor de las 20, minutos más minutos menos, Parra compró unas cervezas en una despensa a pocos metros de su vivienda. Fue lo último que hizo antes de regresar a su casa y encontrarse con Agustina tirada en el suelo, inconsciente y con mucha sangre a su alrededor. El comerciante también corroboró los dichos del hombre.