Esta semana terminaron las audiencias en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, pero también se cumplieron tres años del día en que lo mataron frente al boliche Le Brique de Villa Gesell. En ese marco, sus papás dieron a conocer una carta que el joven de 18 años había guardado en una cajita de cartón. El documento que se escribió a sí mismo, es una especie de manifiesto en el que plasmó sus sueños y sus valores: amor, familia, amistades.
“Creo que dentro de 10 años voy a estar haciendo lo que me gusta y disfrutando mi vida. Poder cumplir los sueños, objetivos, y expectativas que tengo, darles regalos a mis padres, tratando de darles lo que me dieron. Espero ya tener una pareja, una estabilidad, y comodidad económica. Amor, familia, amistades, cariño, unión, felicidad, conocimiento, viajar, conocer, y conectarme. Mi misión es conectar, amar, brillar y servir. Mis valores centrales son amistad, independencia, placer, relaciones valiosas y el tiempo libre al servicio de las personas, la exploración de la mente, los deportes y la autoayuda”, escribió Fernando.
Esta carta manuscrita, Fernando la guardaba en una caja celeste de zapatillas, junto a otros recuerdos como su chupete de nacimiento, 12 medallas por logros deportivos, souvenirs de cumpleaños de 15, un muñeco del Hombre Araña que Graciela, su mamá, un día tuvo que coser porque él “lo había llevado al colegio y volvió descuartizado”.
En un acto en Dolores el miércoles, sus papás, Graciela y Silvino, reiteraron su pedido de Justicia: “Queremos un castigo ejemplar”.
“Era nuestro sol, nuestra vida. Hoy estamos vacíos, nadie quedó en casa. Estamos los dos solitos ”, arrancó Graciela.
A su vez. sostuvo: “Sin él, la vida se terminó para nosotros. Vinimos a Dolores para buscar justicia, no venganza. Queremos que paguen por lo que le hicieron a mi hijo”.