SANTA ROSA: IBA CAMINANDO JUNTO A SU PAREJA CUANDO DOS VARONES EN UNA MOTO COMENZARON A DISPARARLE EN EL PIE, PERO NO HIZO LA DENUNCIA; ¿AJUSTE DE CUENTAS?

En la madrugada del viernes, cerca de las 3.50, en la intersección de Santa Cruz y Stieben, una pareja que caminaba tranquilamente quedó en medio de un violento ataque que, según pudo averiguar BIFE extraoficialmente, respondería a la creciente cadena de ajustes de cuentas que ya empieza a dejar marcas cada vez más visibles en los barrios.

Mientras avanzaban por la vereda, la joven y su acompañante fueron interceptados por dos hombres a bordo de una moto de alta cilindrada.

El ataque fue directo: el acompañante descendió del rodado y disparó varias veces contra el muchacho, apuntando siempre a las piernas. Una bala impactó en el tobillo izquierdo y otra le rozó el muslo. La escena duró segundos.

La chica, presa del pánico, salió corriendo en busca de ayuda. Por fortuna, un móvil policial patrullaba la zona y logró ubicar rápidamente a los agresores.

“El tirador abandonó la moto y escapó corriendo hacia una vivienda deshabitada, donde intentó esconderse. Quedó atrapado en el patio, rodeado por tapiales altos. El otro implicado huyó con la moto, pero fue detenido a pocos metros”, confirmó a BIFE una fuente de la Seccional Segunda.

Mientras se realizaban las pericias, surgió otro dato inquietante: uno de los detenidos llevaba entre sus pertenencias un envoltorio con unos 30 gramos de cocaína, lo que derivó en la intervención del área de Toxicomanía y el secuestro de celulares y sustancias.

La víctima declaró en el hospital, donde confirmó que los disparos ocurrieron tal como relató su pareja.

Sin embargo, más tarde se retractó y no quiso formalizar la denuncia, argumentando “problemas de vieja data” y disputas barriales que, según reconoció, vienen escalando desde hace tiempo.

A pesar de ello, la Fiscalía inició una causa de oficio por lesiones con arma de fuego. El arma no apareció: se presume que los atacantes la descartaron en un terreno baldío cercano, cubierto de escombros y malezas.

El episodio suma un nuevo capítulo a una seguidilla de conflictos que se repiten con la misma matriz: rencillas personales que ya se resuelven a tiros y en plena calle. Un síntoma de un clima que, lejos de bajar, parece seguir subiendo de tono.